Discos: lo retro en el presente y al futuro




Se dice que los discos de vinil y/o acetato tienen la máxima calidad de audio, debido a la flexibilidad de sus materiales con lo que están hechos y a la grabación analógica. Es el soporte de almacenamiento más longevo que existe, al registrar su primera aparición a finales de los años 50.



Es probable que nuestros abuelos y padres tuvieran una colección de discos que disfrutaban en sus reuniones y fiestas. Las consolas, un mueble de proporciones inmensas que se colocaba en la sala, era el aparato indicado para comenzar los momentos musicales. Más adelante se crearon los estéreos y luego los componentes que tenían su tornamesa por separado.

 
Su declive comenzó a partir de 1980 con la aparición del disco compacto. El desarrollo de la tecnología vino a remplazarlos por un formato digital, que si bien no tiene la misma calidad de audio, sí es más fácil de transportar y archivar por sus dimensiones.


Muchas personas se avocaron a comprar los reproductores nuevos y comenzaron a deshacerse de sus discos de acetato y vinil. Pocas son las que siguieron guardándolos, ya que la avalancha de la información decía que el futuro se encontraba en el CD. Nada más alejado de la realidad.


Han pasado más de tres décadas desde esos eventos históricos para el mundo de la música. Los casettes también fueron olvidándose, aparecieron los laser disc y no impactaron en lo más mínimo en el gusto del público, sin embargo, algo comenzaba a desempolvarse.


A mediados del 2005 los baúles fueron abiertos porque algo sonaba en su interior. Aquellos objetos que resguardaron celosamente, su gran tesoro, pedían ser girados en la tornamesa. Los discos venían a revoluciones por minuto para instalarse, una vez más, en la máxima calidad de audio. Es un hecho que quienes tuvieron responsabilidad directa para que no murieran fueron los DJ.


Hoy, una gran cantidad de músicos, y las disqueras, están lanzando sus discos en vinil y acetato, además de los formatos ya conocidos, disco compacto y archivo digital. De igual forma, se pueden encontrar en las tiendas de discos físicas y digitales las reediciones de producciones clásicas. Lo retro coloca en el presente el futuro de la música.


Y con la popularidad que están adquiriendo, la investigadora audiófila Amanda Ghassaei decide expandir los horizontes de su resurgimiento creando su propia colección de discos en, nada más ni nada menos, 3D.


En el 2012 dio a conocer los resultados de su investigación, donde explicaba cómo hacía la impresión de los discos por medio de una impresora 3D [esta herramienta se está convirtiendo en uno de los inventos más innovadores del presente siglo].


Aprovechó los vastos conocimientos que tiene para encontrar la manera de imprimir archivos de audio digitales en discos de 33 revoluciones por minuto que puedan ser tocados con agujas y a velocidades normales. La calidad de audio no es la óptima, sin embargo, lo extraordinario es la posibilidad de que con una impresora de este tipo se puedan hacer los famosos LP.


Su inquietud por seguir innovando no terminó ahí. A principios de mayo anunció que sus exploraciones en el campo del audio la han llevado a probar con otros materiales de impresión. Los resultados: discos de madera.


Por medio de un láser corta la madera de arce, papel y acrílico para tener su lienzo donde imprimirá las canciones que desee. La explicación tiene muchos tecnicismos, pero en pocas palabras, los cortes tienen que ser precisos para que los registros de audio sean lo más óptimo posible.

 
Ghassaei explica que la calidad del sonido no se acerca a los formatos físicos o digitales, pero si tomamos en cuenta que sus primeros productos incluyen canciones de The Velvet Underground, Radiohead, David Bowie o Joy Division, eso es lo que menos importaría.

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