El fatídico 404 Error



Seguramente a muchos les ha sucedido: cuando están navegando en la red y creen que ya encontraron lo que estaban buscando y están a un solo click de obtener la información deseada, ven como comienza a cargarse el sitio y de repente “404 Error. The Page Was Not Found".




Y, ¿entonces? ¿Qué pasó? El sitio web que buscaban, ¿ya no existe? ¿Sí? ¿No? Para resolver el misterio de la página no encontrada, primero debemos saber qué significa y de dónde proviene el famoso Error 404.



En la web existen los denominados clientes [un navegador como Explorer, Google Chrome, Mozilla Firefox, que son los programas que nos permiten visualizar páginas, además de acceder a otros recursos, documentos almacenados y guardar información], y los servidores [ordenadores importantes con uno o más procesadores, con gran capacidad de memoria y espacio de disco duro].




El navegador se comunica con el servidor a través del HTTP [Protocolo de Transmisión de Hipertexto, sistema que permite enviar y recibir archivos de textos, imágenes, audios y video], y le pide el archivo solicitado en código HTML, después lo interpreta y muestra en pantalla al usuario.



De este modo, cuando entras a un sitio web, inicia una comunicación entre el cliente y el servidor. El primero solicita datos sobre el sitio web que estás buscando a un determinado servidor. La primera respuesta que llega, y que tú no ves, es un paquete de datos que contiene códigos de estatus, es decir, información sobre cómo van las cosas. Si van mal, surge, entonces, el ominoso 404 Error.




El número 404 se traduce en: el primer cuatro revela dos problemas, que la dirección de la web no está disponible o que ya no existe. El cero significa un error de ortografía. El último cuatro nos indica una anomalía específica llamada "acceso no autorizado", lo que quiere decir que sólo se puede entrar a la página con una contraseña.



Ahora bien, ¿por qué se le otorgó el número 404 a ese error? Remontémonos a los inicios del Internet. En un principio no fue el gran monstruo que hoy conocemos, sólo funcionaba con unas cuantas computadoras conectadas entre sí, un proyecto muy ambicioso desarrollado por jóvenes científicos del CERN -Organización Europea para la Investigación Nuclear con base en Suiza-, intentando mantenerse al tanto del trabajo de sus colegas en todo el mundo.




Ellos fueron los creadores de la World Wide Web. Estas mentes brillantes eran muy renuentes a revelar el estatus de sus proyectos, por eso desarrollaron un protocolo de ambiente cerrado, para que ningún tipo de información pudiera filtrarse al exterior.



Una oficina, situada en el cuarto piso, resguardaba la base de datos central de WWW, cualquier información solicitada era orientada a ese lugar, en donde dos o tres personas [sí, leyeron bien, personas] la localizaban manualmente utilizando métodos que hoy parecen arcaicos y los transferían, por medio de la red, a la persona que había realizado la petición. Adivinen el nombre de este departamento que guardaba celosamente los datos: "Room 404".




Si algún dato requerido no era encontrado los encargados del sitio enviaban rápidamente una nota explicando que el documento no podía ser hallado. Esas peticiones erróneas fueron contestadas con un mensaje estándar: "404 Error: file not found”.



Cuando el proceso se automatizó  y los que estaban a cargo del Sitio 404 fueron remplazados por computadoras, los usuarios pudieron acceder directamente a los documentos almacenados en la base de datos. Sin embargo, el mensaje de error estándar, para indicar que un documento determinado no podía ser hallado, siguió siendo el mismo: "Sitio 404: archivo no encontrado".




Aquí les mostramos algunos diseños ingeniosos y que pretenden hacer más amable y, quizá, arrancar una sonrisa a los usuarios, cuando llega el lamentable mensaje avisando que la página a la que esperábamos acceder, no pudo ser hallada.



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