Las dos caras del boxeo


Los deportes en el mundo generan mucha controversia y dividen a las multitudes. Por ejemplo, aunque los resúmenes salen en la prensa y programas deportivos, algunos consideran que el toreo no es una disciplina deportiva.


En estos momentos se lleva a cabo el Mundial de Futbol Brasil 2014 ante una partición de opiniones que van desde el apoyo a las selecciones nacionales hasta las imágenes que muestran la represión de los manifestantes que se vive allá.


El deporte se vive con gran intensidad, sea cual sea, pero como en todo, siempre se encuentra activo el otro lado que lo detesta. Las críticas son parte de una sociedad que busca ir mejorando la calidad de vida por medio de actividades más intelectuales o sociales, lo cual, creemos, puede ir de la mano con la práctica y gusto por cualquier deporte.


Una de las especialidades que genera mayor controversia es el boxeo por arriesgar la integridad física, aunado a las grandes arcas económicas que otorga a los involucrados en un combate, sobre todo si es estelar.


El hecho de intercambiar golpes con un adversario y saber que el primero que caiga y esté por más de diez segundos en la lona se convierte en el perdedor es un símil de la vida misma. Nadie puede bajar la guardia porque puede ser sometido y alguien más se llevará el triunfo.


Este deporte de combate es tan viejo como la historia, pues se remonta a Etiopía por allá del año 6000 antes de Cristo; después pasó a la cultura griega y luego a la India.


La polémica en el box se realza cuando uno de los pugilistas sufre un golpe severo y queda inconsciente, y en algunos casos, pierde la vida en la ambulancia o el hospital. Contrario a lo que en una lógica de supervivencia dictaría, el público presente se emociona y clama porque ya no se levante, no importa que pase con el boxeador.


Lo que todo el mundo quiere ver es sangre, de ahí la famosa frase de “si no hay sangre, no vale”. Hay cientos de historias alrededor del pugilismo; cada país tiene un ídolo que marcó la diferencia en determinada época y en su categoría [peso].


Muhammad Ali, Jake LaMotta, Rocky Marciano, José “El Mantequilla” Nápoles, Rubén “El Púas” Olivares, “Sugar” Ray Leonard, José “Pipino” Cuevas, Roberto “Manos de Piedra” Durán, Ricardo “El Finito” López, Julio César Chávez y Mike Tayson son sólo algunos de los personajes que elevaron el graderío a la cima de un coliseo romano.


Con los medios de comunicación encima de los boxeadores del momento, donde nos informan del tipo de entrenamiento que realizan, la dieta a la que se someten, su lugar de procedencia y la “bolsa garantizada” que dejarán por pelea, los exaltan a una categoría de dioses del Olimpo que sólo es generada por la excesiva publicidad.


Hay un nicho olvidado del que poco se habla: los boxeadores amateurs, su preparación, sus retos y sus miedos, cómo fue su primera pelea. Se sabe de antemano que sólo el deporte profesional deja ganancias. Los inicios de cada deportista se investigan cuando ya tiene el estatus de estrella.


A quien si le interesa la parte amateur del deporte es al fotógrafo y documentalista danés Nicolai Howalt al crear la serie de imágenes 141 Boxers. Una colección de pugilistas noveles que comienzan una carrera con los guantes puestos.


En su obra podemos apreciar el antes y el después de su primer combate en el boxeo; rostros que denotan gusto, convencimiento, alegría y esa hambre de triunfo por cimentar un futuro. Hasta aquí en lo que se refiere al antes de la contienda.


Al finalizar sus respectivos rounds Howalt los vuelve a retratar para dar paso a una transformación en los rostros: cabello despeinado, pómulos inflamados, marcas rojas de los golpes, pero sobre todo, y algo que caracteriza a los boxeadores, la nariz hinchada.


La fotografía doble es una tendencia que maneja en su método Nicolai, preservando la “dualidad de lo abstracto y lo real, la vida y la muerte, el horror y la fascinación, lo finito y lo infinito”. En la imaginación de los espectadores estará el desenlace de la pelea, si ganó o perdió.


La serie fue creada desde el 2003 y está compuesta por más de 145 retratos de boxeadores daneses.


Si quieren conocer más de Nicolai Howalt, den click en su nombre.

Comentarios

  1. Que valor de los que se dedican al Box porque arriesgan mucho tanto físico como psicológico pero muy buen trabajo fotográfico.Felicidades a Indie Emergente.

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