Temores tridimensionales en movimiento


¿Por qué los papás recurren a inocular el miedo en sus hijos como una forma de educación? ¿Por qué deciden alentar el temor a personajes como El Coco, El Señor del Costal o El Robachicos?




En muchas ocasiones los pequeños crecen con el pavor de que si hacen algo mal o no obedecen a sus mayores algo malo les va a suceder. Al final son niños que sólo buscan divertirse de una forma u otra y no necesitan que se les trastoque su inocencia por travesuras.



El uso de entes con malformaciones, perversiones y deseos de la suculenta inocencia infantil de los niños mal portados lleva a una desviación de lo bueno o malo, según los adultos. Es una fuerza coercitiva/psicológica que va más allá de la educación verbal de los padres.



Las películas de terror han abonado en este tema. El payaso Esso que deja traumados a un grupo de amigos que años más tarde, en la adultez, regresa para atormentarlos o la cinta Juegos Diabólicos donde pareciera que una televisión se come a una niña y sus papás no dan con ella, son sólo algunos casos.



Los niños crecen temerosos de todo cuando los papás influyen en ello. Es más, hasta de Dios tienen miedo, porque si hacen algo malo “Dios te está viendo y te va a castigar”.



El mercado infantil para explotar los temores es muy grande: las historias de fantasmas, las formas que se dibujan en la oscuridad, el ser que puede habitar dentro del ropero o clóset. Estos temas son utilizados para espantar a los menores [aunque también hay adultos que se siguen asustando].



El ilustrador Dain Fagerholm se aprovecha de la aprensión de cada niño para plasmarla en una colección de imágenes GIF en tercera dimensión dibujadas completamente a mano.



Cada lámina podría ser un mundo oscuro sacado de la fantasía o la representación de los miedos infantiles, sensaciones que en ocasiones no pueden ser descritas, pero que viajan a la velocidad de la luz a través del sistema nervioso, provocando temblores y que el cerebro ordene a los ojos no abrirse hasta que el peligro pase.



Sus personajes tridimensionales son niños y figuras de otro universo producto de la imaginación. Cada uno cumple la función del asustado y el asustador, produciendo el terror que se ve reflejado en los ojos saltones, la desolación, la desesperanza, el hipnotismo, aunque en ocasiones son miradas de indiferencia ante cualquier riesgo o de un juego malévolo.



El surrealismo de Fagerholm radica en su autenticidad en el uso del blanco y negro, y la excelente utilización de colores que permiten entrar a un mundo psicodélico donde la ansiedad está latente.



Si quieren conocer más de Dain Fagerholm, den click en su nombre.

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