Pequeños "mostros"


La llegada de un bebé a un hogar es una de las bendiciones más grandes que puede experimentar la familia… dicen.  Aparece una luz y una razón para existir, hacer las cosas de mejor manera y luchar por darle todo lo que necesita.



La vida de mamá y papá cambia de forma radical; algunos dicen que deja de ser su vida porque sólo viven por esa personita. La procuración es fundamental en los primeros meses, de eso depende que crezca sano y fuerte.



La parte emocional juega un papel fundamental en su desenvolvimiento interno y social. De ahí dependerá si serán tímidos o extrovertidos, si hablarán fuerte o bajito, si tendrán determinación en sus decisiones y posiciones o no.



La educación es otro punto fundamental. El civismo que se le vierta será el que aplicará en su desarrollo y madurez. El respeto hacia los demás, hacia la naturaleza, los lineamientos y las consecuencias de los actos y un sinfín de situaciones que se le irán presentando.



La naturaleza del nuevo integrante puede moldearse o corregirse, pero hay ocasiones que su ADN trae información de rebeldía y ahí la situación se complica. Hay niños rebeldes que la educación que se les imparte no es suficiente. Simple y sencillamente están viviendo la vida como ellos la entienden.



Ahí es cuando vienen los comentarios de los adultos de que el niño de fulanito es “tremendo”, la hija de sutanita es un “desastre”, aquel pequeño no tiene remedio. En pocas palabras, se tiene un hijo “desmadroso”.



Sólo basta recordar que buena parte de las cosas que hacen los niños se dan por el aprendizaje, por lo que ven en la familia, en el hogar o en el lugar donde los dejan a resguardo varias horas al día [las guarderías]. No todo es culpa de ellos.



Es posible que el artista Alex Solis [residente del Indie Emergente, con trabajos presentados en Facebook y el blog] haya tenido una experiencia de ese tipo, pues crea una serie de ilustraciones divertidas llamada Baby Terror.



En sus dibujos plasma la infancia de varios personajes de la cultura popular que representan el miedo. Cada uno de ellos esta delineado con rasgos inocentes, del tamaño de un bebé y con un objeto o posición evidentemente de un infante.



Lo que no pueden perder, aunque el ilustrador o ellos quisieran, es ese toque de perversidad, de maldad, pues podemos ver a Michael Meyers y Jason con sendos cuchillos escurriendo de sangre, eso sí, con chupón en la boca, o a Hannibal Lecter con tenedor, cuchillo y unos cuantos miembros humanos a su alrededor.



Para conocer más del trabajo de Alex Solis, den click en su nombre.

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